martes, 2 de junio de 2009

JCM en Huacho – El caso Mercenaro - Oiga, 13/06/1994

José Carlos Mariátegui pasó su niñez y su infancia en el pueblo de Huacho, al norte de Lima, de don­de procedía su señora madre Amalia La Chira. En 1901, junto con su her­mano Julio César, fue matriculado en la escuela del barrio, ubicada en la hoy avenida 28 de Julio, vía central de Huacho. En ese pueblo tendría su pri­mer contacto intelectual, pues el poeta de América, José Santos Chocano, se encontraba declamando sus versos en el club Unión de Huacho. Si bien Ma­riátegui se acercó por curiosidad, que­dó impresionado ante la fortaleza de­clamatoria del vate. Y se quedó escu­chándolo, intentando memorizar al­gunas estrofas del poemario recitado.

Pero el hecho principal, que afecta­ría hondamente a Mariátegui, se pro­dujo en 1902, con su condiscípulo José Marcenaro Bisso, hijo del dueño de la cuadra donde estaba el colegio. No está claro si a la hora del recreo jugaban ellos a los empujones o si Mar­cenaro agredió al joven Mariátegui, lo cierto es que este presunto jugueteo provocó la aparatosa caída del niño José Carlos produciéndole un hematoma en la pierna izquierda y, después, la cojera que padecería toda la vida. El director y los alumnos intentan resta­blecer a Mariátegui, quien no puede ponerse en pie. Llega su madre al colegio y envía al joven al consultorio del doctor Abel de Matto, médico titu­lar de Huacho. Este, tras auscultar al niño doliente, dispone que sea trasla­dado a Lima, a fin de ser intervenido quirúrgicamente en el lapso de la dis­tancia. Con la pierna hinchada, Mariá­tegui viaja con su madre a Lima y es tratado por el Dr. Félix Larré, cirujano-traumatólogo de la Maison de Santé, ubicada a espaldas del Poder Judicial. Con gran soledad, rodeado de lecturas y del amor de su madre, José Carlos estaría internado en la clínica durante tres meses y medio. Al levantarse co­jea, pero ya no volvería más a su que­rido Huacho, en donde quedó anclado el recuerdo del suceso con su condiscí­pulo Marcenaro.

Rengueando para siempre, Mariá­tegui se instaló en la calle León de Andrade, donde hoy está ubicado el cine Lido y ahí vivió desde los 8 años (1902) hasta los 17 años (1911), cuan­do ingresa trabajar en 'La Prensa'. En todo ese tiempo, obligado a veces al reposo, incrementa José Carlos su avi­dez por la lectura. En 1910, según ha descubierto Guillermo Rouillón, apa­rece José Carlos, quien tiene solamen­te 16 años, en la lista de suscriptores del diario El Comercio. Como si estu­viese todo ello predestinado.

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